En días como hoy, en noches como esta, me gustaría que mi blog fuera invisible, infinito e invisible, si es que eso tiene algún sentido. En este momento me gustaría escribir con la seguridad de que nadie más va a leerlo, que otros ojos más que los míos recorrerán estas líneas, palabra por palabra, letra por letra. Quiero que mis pensamientos sean sólo míos y que no puedas sumergirte en ellos, quiero que lo que pienso y siento en este momento quede encerrado por siempre, para siempre, dentro de mí.
Por eso, aquí, ahora, no voy a decir más de lo que ya he dicho.
Porque aquí, ahora, soy yo la única que se siente de esta manera.
Siendo aquí, esta cama y el ahora, un viernes cualquiera, en la eterna infinitud del universo.
Te Echo de Menos. Y no quiero. Por Dios que no quiero, porque duele...
No quiero echarte de menos, no quiero, no quiero, no quiero.
Por eso, aquí, ahora, no voy a decir más de lo que ya he dicho.
Porque aquí, ahora, soy yo la única que se siente de esta manera.
Siendo aquí, esta cama y el ahora, un viernes cualquiera, en la eterna infinitud del universo.
Te Echo de Menos. Y no quiero. Por Dios que no quiero, porque duele...
No quiero echarte de menos, no quiero, no quiero, no quiero.
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