jueves, 25 de marzo de 2010

Un caminito de baldosas amarillo

"Hay que tomar conciencia de lo que somos, cómo somos y/o cómo queremos ser, cambiar todo aquello que no nos guste de nosotros mismos". Esto, entre muchas otras cosas, lo he aprendido en unas conferencias que no sólo me han apasionado, sino que me han enseñado a poner nombre a experiencias personales, a entender, comprender y pensar, pensar mucho, mucho, hasta llegar a conclusiones claras... y así sigo recorriendo el caminito de baldosas que me llevan a donde quiero ir, por mi caminito amarillo, buscando, esperando, impaciente, ver un poco de magia al final del camino. 
En esta espiral de deseos, planes y proyectos, deberíamos pararnos y pensar. Yo voy a empezar por hacer un examen de conciencia. Necesito planificar. Plantearme cosas. Necesito saber qué quiero para mí y porqué. Qué quiero cambiar y para qué.
Empezaré. Empezaré y terminaré, para bien o para mal, al final del camino. Y en ese final, seré, por fin, lo que he soñado para mí. 


Si alguna vez leéis esto... gracias Ana y Beatriz por el excelente trabajo que habéis realizado.


domingo, 21 de marzo de 2010

La primavera



Hoy ha sido un día precioso.
Así que, escribiéndote esto, quiero de una manera especial, agradecerte porque lo has hecho posible.
La comida ha estado riquísima.
El césped, el sol, el río.
El brownie con chocolate y nueces, preparado con todo tu esmero. Gracias.
Y el marcapáginas que marcará el día de hoy en mi calendario.
Hoy, hoy empieza la primavera. 

viernes, 12 de marzo de 2010

Un invisible más

Me dirigía en el C1 a unas jornadas a las que, como norma subconsciente de mí misma, llegaba tarde. Alguien llamó mi atención desde fuera... un Señor sin nada, un ser invisible. Invisible como un amigo invisible, que sólo ve aquel que quiere ver. Su cara derrochaba bondas y sus ojos un deseo incontenible al pasar junto a una bar de que emergía un agradable olor a familia.
Lo miré y lo vi, como si no hubiera nadie más. Su caminar pausado, arrastrando los pies con cansancio, una gran manta apoyada en el costado y un raído cojín en la otra mano.
Su ojos claros, llenos de tristeza me quitaron el aliento durante un momento. No he podido olvidarlo. Aún me pregunto cuál será su historia. Qué lo habrá llevado a ser quien es. Cómo habrá llegado al punto en que todo lo que tiene es a sí mismo.

lunes, 1 de marzo de 2010

Otro cliché sobre la felicidad

No me equivoqué cuando dije que 2010 sería un buen año.
Va a sonar a cliché manido y desgastado. Seguramente sean muchos los que hayan dicho esto anteriormente, pero he descubierto que, la felicidad, volando en una nebulosa a mi alrededor, ha pasado desapercibida. Me he dado cuenta, casi con un sobresalto que, si la tristeza es tan obvia, la felicidad no se deja notar. Quiero decir... nos damos cuenta cuando estamos tristes pero no cuando somos felices. Supongo que no nos paramos a pensar en ello porque no nos hace daño. Así que llevo algunos días pensando en esto y en que, sin darme cuenta, soy feliz. Por fin. He descubierto que la felicidad debe depender de uno mismo y si acaso, de las circunstancias, no de otra persona ni de los sentimientos que te unan a él/ella.
¿Y cómo empezó esto? Porque me encanta leer blogs (he encontrado algunos bastante interesantes últimamente), llegué a un proyecto realizado por un grupo de mujeres afganas, una especie de blog en el que van escribiendo anécdotas, historias y recuerdos, algunas de las cuales me robaron el aliento, me hicieron llorar o sonreír, algunas me hicieron pensar mucho, otras simplemente me hicieron admirarlas: mujeres confinadas a sus casa por el régimen talibán, chicas enfermas de polio, chicas con algún miembro amputado,... leyéndolo, hace ya semanas, empecé a darle vueltas a la idea de "Felicidad". Yo, gracias a Dios, no he tenido que vivir nada de eso. Y, gracias a ellas, empecé a descubrir mi propia felicidad. Me di cuenta de cuantos dones he recibido y de cuantos bienes, no siempre materiales, poseo. Por culpa de la monotonía, han dejado de ser especiales a mis ojos, los he tomado por algo ordinario, han perdido su belleza o yo, simplemente he dejado de verla. Y es que es cierto eso que dicen "sólo sabes lo que tenías cuando lo pierdes". Y pienso en todo lo que tengo y no quiero perder, pero que por desgracia, no he valorado todos estos años como debía, aunque estoy convencida dé que sería desgraciada si me faltaran: tengo salud, todos mis órganos, todos mis sentidos y, a mi parecer, una inteligencia que me satisface. Puedo comer cada día, estudiar, tengo una casa en la que vivir y una familia que me quiere con locura (aunque no seamos muy propensos a las demostraciones afectivas), tengo amigos incondicionales aunque a veces eche de menos a alguien "especial". He tenido la posibilidad de conocer Egipto como lo he conocido y de aprender sobre otra cultura y respetarla. Disfruto de libertad de pensamiento y expresión y la habilidad de analizar cuestiones que muchos dan por evidentes. Y, sin querer parecer pretenciosa u orgullosa, me he dado cuenta que poseo cierto estilo de belleza natural. Debe ser que he empezado a verme con otros ojos.
Así que aquí estoy, feliz y contenta. Es probable que no postee en unos días... quiero estudiar, leer mucho, ver películas y comenzar a terminar todo lo que tengo empezado (¡que es mucho!). Y, sobre todo, mimarme un poquito. También quiero escribir una historia. Más bien, dos. Ambas están empezadas pero hace mucho que no les dedico el tiempo que se merecen. Me doy cuenta que necesito mejorar mis habilidades de escritura y eso, eso precisamente, es lo que voy a hacer. Y algún día, esa historia que lleva tantos años esperando ser escrita, verá la luz... aunque basándose en un hecho real, aún no sé cuál será su final ¿lo sabes tú?

No quería acabar este post sin animar a tod@s a pasar por el blog de las mujeres afganas del que he hablado antes: http://www.awwproject.org/ Merece la pena de verdad. 


"Sé feliz por el ahora. El ahora es tu vida" (Omar Khayyam)