martes, 20 de diciembre de 2022

miércoles, 30 de noviembre de 2022

lunes, 21 de noviembre de 2022

Incandescente

 Como cuando alguien ya casi inerte,

casi rendido, casi ido, inesperadamente

boquea, coge aire y abre los ojos de repente.

Así fue cuando me aparté de tu lado,

así como me desperté de esta pesadilla

y tal que así volví a la vida,

llenando los pulmones de aire

los labios de ganas y los ojos de risas.

Así fue cómo salí de un entorno laboral tóxico

que durante algo más de un año

me quitó de todo un poco,

cada hora de cada día de cada mes,

poquito a poco, poquito a poco

hasta sumergirme en un letargo oscuro y viscoso.

Pero aquellos que no me tuvieron en cuenta

tampoco tuvieron en cuenta...

la llama que siempre arde, que ilumina, que caldea,

la llama que, en tu descuido, prendió fuego de dentro hacia fuera,

la llama que inundó todo con su luz,

la llama que arrasó todo con su fuego.

Y al final, cuando me creías hundida,

resurgí de mis cenizas, envuelta en llamas,

como un Ave Fénix incandescente.


PDTA: No te deseo el mal,

tan sólo que recibas en la vida

justo aquello, justito eso que tú das.

Adiós.

lunes, 26 de septiembre de 2022

La Intuición

 

Fíjate de la intuición,

que grita mediante los pellizquitos en las entrañas.

Son los ojos de todo aquello que no se ve.


viernes, 25 de febrero de 2022

El Amor de tu vida

La prudencia en cada frase,

la educación, que es casi lo mismo,

los ojos bonitos, que me dices que tengo,

o esas piernas rotundas e infinitas.

La sonrisa que se alinea,

o las primeras arrugas,

que no fume, que no beba,

que mi droga sea tu risa,

la física, la química,

o la magia del encuentro,

todo da igual, al final no importa,

sea como fuere, por más que lo intente,

nunca soy el amor de tu vida.


Por siempre jamás

Esta vez no me hizo falta flechas,
Esta vez ni armadura ni caballo
ni un cupido ciego revoloteando mi cabeza,
ni lanzas ni balas ni siquiera...
Esta vez me valió salir a pecho descubierto
tomar tu mirada por bandera,
coger la daga, perder el miedo,
y clavármela en el pecho.

Que para un harakiri no hace falta más que creer en el para siempre, para siempre jamás.