domingo, 31 de mayo de 2020

Como dos amantes

Como dos amantes que se reencuentran después de un largo periodo de tiempo, 
Sólo necesitaré posar mis pies sobre tu tierra 
Y será como besarnos de nuevo. 
Como dos amantes que se reencuentran, 
Sin que el paso del tiempo haya borrado
Ni un ápice de ese amor, 
Ni uno sólo de sus recuerdos. 

Tú me encontrarás con tu brisa cálida
Y yo te abrazaré con mis ojos  de nuevo, 
Y te besaré con la añoranza del que guarda
bajo llave sus deseos y recuerdos,
Sus secretos, sus pesares, 
Todo lo que ama, por miedo a perderlos. 

Jamás te diré que guardé en un baúl
las ganas de volver a verte
Porque "ojos que no ven,
corazón que no siente..."
Mientras lo intentaba,
Para ver si te olvidaba. 

Tú, cómo un amante egoísta,  
Que cambiaste el curso de mi vida
Para que nunca pudiera dejarte. 
Y como en la noche más oscura 
Brilla el lucero del alba, 
Así siempre antes de la aurora 
Guías a los marineros a casa,
a tierra firme, en tus entrañas. 

Como un faro en el horizonte,
Tus almirares claman al cielo
Y sus voces cruzan atravesando la madrugada
De la ciudad que nunca duerme,  
La que dibujo lejana en mis recuerdos, 
mi primer amor, mi amor imposible, 
Al que no olvido, ni quiero. 

Como dos amantes que se reencuentran, 
Después de un largo periodo de tiempo, 
Sólo necesitamos volver a vernos, 
Posar mis pies sobre tu tierra, 
Abrázame con tu aroma,
Ven, bésame de nuevo. 



viernes, 29 de mayo de 2020

Hoy he pensado en ti

Querido tú,

Hoy he pensado en ti.
después de tanto tiempo, mirando sin verte, he pensado en ti. En que, aunque hablemos a diario, quizás no siempre te tome tan en serio como debería, tan en serio como mereces. Porque ¿quién sino tú? ¿Quién, sino a ti?
Hoy me he puesto este vestido, porque sé que te gusta y me he pintado los labios de tu rojo favorito, para que sepas que todo irá bien, para que sepas que todo es justo como debe ser. Y que conseguirás todo aquello que ahora tan sólo puedes rozar con los dedos. Casi hemos llegado, casi ya estamos allí. Porque hoy es siempre todavía, porque hoy será siempre el momento.

Así que, por si nadie te lo dice hoy, que te lo diga el reflejo del espejo en el que ahora te miras.
Eres suficiente y eres diferente y eso es lo mejor del mundo (aunque no todo el mundo lo sepa ver). Nunca lo olvides... nunca te olvides.



jueves, 28 de mayo de 2020

Polihogar

¿Cuántas personas habitan dentro de mí?
¿Cuántas  puedo ser al mismo tiempo?
Y ¿cuántas quedan aún por descubrir?

lunes, 18 de mayo de 2020

Un hogar en mis recuerdos

Sueño con vosotros, a menudo,
Y, por un instante,
En la eternidad del sueño en que no existe el tiempo,
volvemos a estar juntos.
Y no importa si estoy dormida o despierta,
Porque sé que no os habéis ido,
Porque escucho vuestros pasos, vuestras voces,
Porque os veo y sé que estáis conmigo.
Y aunque sólo salís cuando duermo,
Sé que seguís aquí porque os construí
Un hogar dentro de mis recuerdos:
Una cocina donde siempre huele a croquetas,
Un salón con todas las ventanas abiertas,
una habitación con olor a jazmines en la mesita
Y un cuarto de baño con tu gel de vainilla.
Y un porche que te espera lleno de hojas secas
Tu cortaúñas para cuando voy a verte,
Tu copa llena de carbón y cizco,
Y un pozo con el que regar naranjos y olivos.
Y una mecedora junto a la ventana
Y domingos presidiendo una mesa de continentales y poquinos
Y Nochebuenas con disfraces,
Y tus bonsais y tus matas de pistachos
(Me recorrí medio Cairo sin encontrarlos,
Algún día los cultivaré por ti).
Y un charco de agua bajo la morera,
El zumo de una naranja chorreando por tus brazos,
Disfraces con cualquier trozo de tela
Y la ilusión incansable de la inocencia.
Por todo esto sé que no os habéis ido,
Porque nunca pasa mucho tiempo
Sin que paséis a visitarme
Como si quisierais aseguraros de que no os olvido.
Y sé que nunca os dejaré marcharos,
Porque si os vais, vuestro hogar (que es mi alma),
Se queda vacío, cerrado a cal y canto,
Y ya no olerá a croquetas ni a césped recién cortado
Ni resonarán en sus rincones las risas,
ni habrá en la piscina ruedas de camión y sandías,
Ni cancelas abiertas
ni ese vestido tuyo lleno de florecitas chicas.
Y todo estará a oscuras y, entonces ¿qué haré yo?
Por eso, no os olvido y sé que no me habéis dejado,
Seguid visitándome mientras duermo
Venid y quedaros a mi lado,
Aunque sea en mis sueños
Donde podemos estar juntos allí donde no existe el tiempo.

...hasta que volvamos a vernos...

domingo, 17 de mayo de 2020

¿Quién podía saberlo?

Siempre nos vendieron el futuro como ese momento de la historia en que veríamos coches voladores, grabadores de sueños, y máquinas que nos hicieran posible leer el cerebro, teletransportarnos, usar la telekinesis.
Pero resultó que no. Resultó que el futuro estaba más cerca de lo que pensábamos.
Resultó que el futuro era ahora.
Y para llegar a él, necesitábamos una sacudida que echara abajo nuestros modelos de conducta, nuestras prioridades, nuestro esquema de vida. Y resultó que el Big Bang fue un virus que nos hizo darle la vuelta a todo, zarandearlo boca abajo y dejar que cayera todo lo que escondía entre los pliegues de las ropas... valorar lo cotidiano justo después de que nos lo arrebataran, valorar como idiotas todo lo que siempre hemos tenido y hemos hecho de menos porque siempre estaba ahí, al alcance de la mano. Nosotros, los reyes de todo. Qué ingenuos ¿verdad? ¡O qué idiotas, más bien! Al final, resulta que era un regalo que necesitamos perder para poder apreciar. Porque así funciona el ser humano.
Y resultó que el futuro era esto. El futuro es valorar las pequeñas cosas de la vida. El futuro resultó estar en darnos cuenta del valor de un beso, de un paseo, de nuestros desayunos cada mañana. Resultó que este era el futuro, en evolucionar un paso más, en modificar nuestra conducta de pensamiento. El futuro es ahora, el futuro se esconde en este “quiero volver a verte”, está en reinventarnos desprendiéndonos de todo aquello que nada tenía que ver con el futuro, ni con la evolución, sino con la parte más genuinamente egoísta del ser humano.
¿Quién podía saberlo?
Tanto soñar con máquinas del tiempo y androides,
mientras rozábamos el futuro con las llamas de los dedos.

domingo, 10 de mayo de 2020

El otro lado de la almohada

Como cuando das vueltas en la cama
Sobre sábanas calentadas por tu propio cuerpo 
Y no puedes dormir. 
Y, de pronto, alargas el brazo
Sobre ese trozo de sábana fresquita, 
O le das la vuelta a la almohada
y apoyas la cabeza. 
Pues ¿sabes qué?
ese trozo de sábana fresquita,
Ese otro lado de la almohada... eres tú.


sábado, 9 de mayo de 2020

Abrazos

Llevo una ristra de abrazos 
Colgada al cuello, 
Para que así, cuando me veas, 
Sólo tengas que cogerlo.