miércoles, 28 de noviembre de 2012

domingo, 25 de noviembre de 2012

Entre Alejandría y el fin del mundo

Compré algunas chocolatinas en Alejandría, antes de dejar la ciudad, mientras miraba el reloj apurada, con esa vocecilla que repetía insistentemente "llegarás tarde... el chocolate es lo de menos, deja eso... !vete ya¡". Pero el coche que debía llevarme a mi destino no llegaba y yo me entretenía eligiendo chocolatinas en un puestecillo donde la fábrica de Charlie se habría quedado en pañales. Antes de pagar, aún me demoré un instante mirando los cómics que ofrecían y, metiéndolo todo en la mochila rosa - donde además llevaba el portatil, ropa, mi pasaporte y algo de dinero - me despedí de mi amigo alejandrino y me monté en el coche.

Y ahí, comenzó todo. Comenzaron los kilómetros recorridos, los paisajes que llegaban y quedaban atrás en apenas unos instantes - vi muchas cosas pasar al otro lado - mientras yo enviaba mensajes, recibía mensajes, comía strepsils y ofrecía strepsils. En el coche sonaba Hamaki, mientras mi mente pasaba imágenes como diapositivas con ese "click" tan característico de las antiguas máquinas. A esas alturas, yo sabía que quedaba un largo viaje hasta alcanzar mi destino, a esas alturas sospechaba que serían muchas las cosas que ocurrirían hasta que a la noche pudiera descansar mi cabeza sobre mi colchón asignado en ese nuevo y temporal hogar. Y aún más, a esas alturas, estaba completamente segura de la incertidumbre que me acompañaría hasta que tomara el tren de vuelta, la misma mañana de mi cumpleaños, apenas tres o cuatro días después.

17 de Octubre de 2011
-------------

Creo que aquellos pocos días te cambiaron la vida. O, al menos, te dieron razones para cambiarla por ti mismo. O eso creía y digo "creía" porque no lo hiciste y "creo" que ni lo intentaste. A estas alturas - mientras edito un borrador escrito y guardado hace más de un año - de lo único que estoy segura es que necesitaba darme cuenta que esa era nuestra despedida. Y que, a partir de entonces, nos convertíamos en extraños.



viernes, 23 de noviembre de 2012

La rueda del hámster

Los árabes y nosotros. Los árabes o nosotros.
Me pregunto qué clase de puente cultural y empático necesitamos (ojalá pudiera utilizar el tiempo condicional en vez del presente) y qué lo hace tan complicado. Me planteo la idea del choque cultural, me planteo la imagen mental y el recuerdo de la experiencia propia la primera vez que visité Egipto - porque para conocer Egipto hizo falta mucho más que un viaje -. Recuerdo el impacto emocional que el país provocó en mí y fueron tantas las diferencias - y estaba yo tan alejada de la idea que "debía tener de ellos" - que ni siquiera me dio tiempo a caer en prejuicios y esterotipos. Porque no los conocía ni tenía conocimiento de la idea impuesta que hemos de tomar, incluso a medias, cuando viajamos al extranjero. O, para ser más exactos, "cuando viajamos a un extranjero árabe".
Me pregunto, incluso hoy día, qué hace que la gente reaccione de esa manera cuando conoce o ve o imagina a una persona de raza árabe. Porque ser árabe, imagino por sus comportamientos, implica muchas cosas.  Así que me pregunto si el problema es la raza o más bien, el color de piel, la religión, la clase social, el nivel cultural o la idea de lo que esperamos de ellos. Aunque en el fondo da igual, porque muchos entienden que ser árabe es tener la piel oscura, ser musulmán, ignorante, machista y (casi, casi, me atrevería a decir) vivir en una jaima en el desierto, rodeado de camellos y cabras. Y dará igual que el árabe sea cristiano, que tenga una carrera (o dos) y dará igual, porque seguirá siendo árabe. Parece ser, sin embargo, que tener dinero (véase, los Emiratos Árabes Unidos) o la piel clara, los hace menos árabes o, por ende, menos musulmanes, menos ignorantes, menos machistas. Y ¿la jaima? ah, esa la reservan para sus jornadas de vacaciones estivales.

¿Qué tememos entonces del árabe que tenemos en el imaginario común? Déjame que te lo diga, tememos al miedo que esa persona nos produce - miedo que sólo puede ser producido por nuestra propia ignorancia, una ignorancia que ni siquiera tenemos interés en sanar - porque ser árabe implica - errónea, ignorante y automáticamente - la extendida idea de ignorancia, fanatismo y dudosas morales.
Sigamos jugando con la doble moral, sigamos tomando a Osama Bin Laden, Muammar Ghadafi o Mohamed al-Arifi como representantes totales de las ideas, actitudes y comportamientos de los árabes y/o musulmanes (no nos preocupemos ni un momento en diferenciarlos por ideas políticas, países o religión, que las clasificaciones deshomogeinizan) pero indignémonos si alguien nos mete en el mismo saco que a George Bush, Hitler o Berlusconi (todos ellos, por cierto, de raza blanca, cristianos, occidentales y de alto poder adquisitivo). Sigamos con la doble moral, sigamos aplicando reglas a los demás que no son válidas para nosotros en las mismas circunstancias, sigamos mirándolos con - a elegir - superioridad, condescendencia o un poco de asco. Sigamos con el juego de la doble moral, olvidemos todos los casos de violencia de género que no atribuimos al cristianismo. Sigamos estimulando ideas erróneas, ideas moralistas, sigamos corriendo en esta rueda de hámster que no nos lleva ni al diálogo ni a la empatía... pero que nos mantiene entretenidos y en forma para según qué actividades sociales.
Sigamos a la masa.



Y enlazo con otro post, otro tanto de lo mismo que escribí hace dos años:
"Sobre la desinformación": http://www.krisstyna.blogspot.com.es/2010/05/sobre-la-desinformacion.html

Empezar de cero - B. Button

"No sé si es importante, pero nunca es demasiado tarde para ser quienes queremos ser. No hay límite en el tiempo, puedes empezar cuando quieras. Puedes cambiar o seguir siendo el mismo. No hay reglas para tal cosa. Podemos aprovechar oportunidades o echar todo a perder. Espero que hagas lo mejor. Espero que veas cosas que te asombren. Espero que sientas cosas que nunca sentiste antes. Espero que conozcas a gente con un punto de vista diferente. Espero que vivas una vida de la que estés orgullosa. Y si te das cuenta de que no es así... espero que tengas el valor de empezar de cero" 

- El increíble caso de Benjamin Button - 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Noam Chomsky e Israel

"Israel usa aviones sofisticados para atacar y utiliza barcos para detectar y bombardear campamentos de refugiados, apartamentos, escuelas, mezquitas y barrios marginales, para atacar una población que no tiene fuerza aérea, ni defensa aérea, sin marina, sin armas pesadas, ninguna unidad de artillería, sin defensa mecanizada, ni comandos de control, ni ejército… Y lo llama guerra. No es una guerra, son asesinatos."

Noam Chomsky 

Verdades


Y por eso hay
tantas "verdades" diferentes.

Gotas de lluvia

Fuera llueve.
Me pregunto una y mil cosas,
mientras las gotas
de lluvia
- a  veces pausadas, a veces casi furiosas -
golpean con rabia los cristales
de las ventanas
que dan luz
a mi habitación.
Y podría confesarte
tantas cosas
hoy
mientras esas gotas
van cayendo
- no una a una,
sino en pautas infinitas  -.
Podría confesarte 
hechos inconfesables,
secretos,
que callo por necesidad.
Sin embargo callo,
mientras las gotas 
siguen cayendo,
callo porque sé
que callar es lo más afortunado,
callo porque no quiero
tener la oportunidad
de pararme a medir
las consecuencias 
de contarte
todo aquello
que desconoces.

Será mi secreto,
a medias compartido
con las gotas de lluvia
que caen...
- a veces pausadas, a veces... casi furiosas.
Quizás ellas
algún día
- quién sabe si el próximo invierno -
puedan contarte
todo aquello que callé.
Por necesidad.

17 de Noviembre

martes, 20 de noviembre de 2012

El Primer Día

Recuerdo la primera vez que te vi este año. ¿Cómo olvidarlo? Si estuve a punto de cancelarlo cuando casi, casi, ya estaba allí. Recuerdo que era sábado, un sábado cualquiera de septiembre o, más concretamente, el sábado 29 de Septimbre. Recuerdo que habíamos quedado a las 4.30, tempranito, para aprovechar el día porque tenías que volverte pronto. Recuerdo haber pasado la parada, haber cambiado de dirección y haberme dado cuenta tarde que habíamos quedado en Sadat. Bajé, cambié de línea, volví sobre mis pasos y me perdí callejeando entre los túneles que llevaban al exterior. Salí, volví a entrar, Hardee's me caía demasiado lejos... Me sentí frustrada, demasiados coches, demasiada gente y llegaba tarde. Te llamé, pero no me oías. Te mandé un mensaje. Y no quise esperar, así que volví a sumergirme en esos túneles subterráneos y salí, esta vez, por la Mogama3 - qué terribles recuerdos me traía aquel edificio, donde me pasé cerca de tres horas intentando renovar mi visa.
Recuerdo haber llegado al punto acordado, pero no estabas allí.
Recuerdo haberte llamado y recuerdo tu voz diciéndome que habías ido a buscarme.
Mientras llegabas, me quedé allí, de pie, inmóvil, esperando verte aparecer... Recuerdo una fila de policías de blanco mirándome a apenas dos metros - qué oportuno todo - y recuerdo haber gastado el reloj de tanto mirarlo. Y te vi, saliendo del metro, a lo lejos, con tu camiseta verde manzana... La sonrisa fue instantánea, se me pasó el enfado - que ni siquiera tenía que ver contigo - y de pronto... salió el sol, a una hora en que ya había empezado a atardecer.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Campos de Palmeras

Poco a poco vamos dejando atrás las luces de la ciudad, a lo lejos - tan lejos que la vista es incapaz de atisbarlos, al menos al principio - campos regados de palmeras. Y entonces, todo empieza a torcerse. Y te das cuenta que no deberías estar ahí, porque alguien, en algún otro lugar, te está esperando. Silencias esa voz irritante y pretendes que la sonrisa guarda relación con tu estado interior.
Y acabas llegando al campo de palmeras. Acabas encontrando la paz en algún lugar a 2 horas de El Cairo, que a su vez ofrece una muy diferente manera de ver la vida.

Las estrellas alumbran como nunca antes, la contaminación lumínica queda muy lejos de estos extensos campos de golf. Me pregunto si, en algún lugar, en otro mundo, las cosas podrían ser diferentes. Le echo de menos, pero de nuevo, hemos de pretender algo más allá de lo que sentimos. Y me echo de menos, la risa sincera que estalla como un jarro de agua que cae al suelo.

10 de Octubre

domingo, 18 de noviembre de 2012

sábado, 17 de noviembre de 2012

"Elephant Gun" - Beirut


Alguien, en algún lugar, no hace tanto,
apareció en mi vida para marcharse tan sólo un poco - muy poco - después.
Y se fue, pero me dejó esta canción, para recordarle,
para recordarme, que realmente existió.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Y ¿Sabes qué?

¿Sabes qué? Me alegra tanto haberte vuelto a ver.
Podría pasarme las horas muertas hablando contigo, da igual de qué, cuándo o dónde. Las palabras fluyen, enlazando temas y da igual cuánto tiempo haya pasado... siempre parece como si fuera ayer.
Y ¿sabes qué? Que lo he echado tremendamente de menos. Y no quiero echarlo de menos nunca más.
Porque a veces - a menudo - me equivoco, pensaba que no volvería a verte. O que, en el mejor de los casos, sería como aquellos últimos cafés... Sin embargo, qué bien sienta darme cuenta de mi error.
Y ¿sabes qué? que es bonito que, a pesar de todo, aún tengamos la capacidad de reírnos francamente. Y de dejar que la risa estalle como cristal... entre los cristales.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Cuando me ves

A veces, me pregunto, qué se te pasa por la cabeza cuando me ves. Cuando alzas la mirada y me ves, caminando hacia ti, en ese preciso instante después de reconocerme pero antes de sonreír.
Me lo pregunto... me lo he preguntado a menudo, al menos, al menos, una vez al año. O dos.
Creo que nunca lo sabré. O al menos, tú nunca me lo dirás.
Y ¿Sabes qué? Podría decir que me da igual
(pero estaría mintiendo. Y yo no quiero eso. No a ti. Y menos, a mí misma).
No sé. Quizás tanta curiosidad no sea buena.
Aunque creo que tener interés en las cosas no puede ser malo.
Nos lleva a hacernos preguntas, a preguntarnos el por qué de las cosas.
Yo creo que ser curioso es bueno. Y preguntarse (muchas, muchas) cosas
nos hace ser un poquito más sabios.
Con esa clase de sabiduría real pero adaptada a los conocimientos del día a día.

A mí me gusta preguntarme cosas a menudo...
todas las incógnitas de la vida alguna vez se me han cruzado por la cabeza.
Y, me imagino, que tú debes ser una de ellas, porque a veces... a veces me lo pregunto...
Al menos, una vez al año. O dos.
¿Qué se te pasa por la cabeza cuando me ves?
Anda, dímelo.


domingo, 4 de noviembre de 2012

Lo Siento

Lo siento,
porque no pude ser fuerte.
Más fuerte.
Tan fuerte
como tú.

Lo siento,
no he sabido racionalizar
la única esperanza que guardaba.
La llama, 
que ahora se apaga,
aún tilila intentando sobrevivir.

Lo siento,
por echarte de menos,
cuando no quiero
ni debo
ni es justo.

Lo siento. 
Por soñar
con los ojos abiertos.
Y, sobre todo,
por cometer el error
de hacerte formar parte de ellos.

2 noviembre 2012

sábado, 3 de noviembre de 2012

Emails


Me llegan tus emails y los borro, sin abrirlos, sin leerlos.
Me llegan tus emails como huellas del aliento que ya no comparto - ni compartiré, jamás - contigo.
Me llegan emails, que nunca son para mí.
Me llegan emails que son como las cadenas de los suspiros que una vez dejé ir, por ti.
Me llegan emails, pero ya no llevan tu nombre, ya no llevan tu firma, ya no llevan tu toque.
Me llegan emails y tú te has ido y, ni siquiera podría estar segura ya, de que esos mails sean tuyos.

Me llegan emails, propaganda, información comercial, cosas que no necesito.
Me llegan emails, pero ya ninguno es tuyo.

Ya no me llegan emails.
Ya ni siquiera las compañías encuentran mi tiempo, valioso.

Ya no me llegan emails.
Ya no sé nada de ti.


16 de Abril

Escribir

Quiero escribir.

Borradores cairotas


Llevo algo más de una semana en El Cairo.
El tiempo aquí es bastante similar al que tenemos en Sevilla todo el año, ayer incluso chispeó, aunque no lo bastante como para limpiar la polución de los coches del ambiente, que se acumula poquito a poco en el aire, en las aceras, en las fachadas y en todo lo que queda expuesto al aire de esta gran ciudad.

3 de Octubre

-------------------

Me quedan apenas seis días de vida en El Cairo.
Seis días en los que pasear por tus calles, atestadas de tráfico, un tráfico nervioso, pausado o, a ratos, aburrido. Me quedan seis días en los que comer pan fino recién hecho o beber zumo de mango recién exprimido. O tamr hind. Me quedan seis días en los que escuchar el azam - al que acostumbrada, ya apenas echo cuenta - o música de Amr Diab emergiendo de los coches.
Me quedan apenas seis días de vida en El Cairo.
Seis días en un entorno que cada día parece diferente. Seis días en los que aún tengo la opción de ver a personas que no volveré a ver en mucho, mucho tiempo.
Y os echaré de menos.
Quién sabe cuándo,
pero volveremos a vernos.

16 de octubre

viernes, 2 de noviembre de 2012

Películas de Octubre

1.- Toy Story 3 (2010)

Maleta hecha de ti


Me voy de viaje,
llevo varios días
haciendo la lista de las cosas que me dejo.
No quiero olvidarme nada dentro de la maleta.
(Esa maleta repleta de ti
que quiero dejar por el camino
entre el aquí y mi destino)

14 de sept

jueves, 1 de noviembre de 2012

Infancia

Hoy he leído algo en una parada de metro de Madrid
que decía algo así como...
"El único patrimonio del hombre es su infancia"
A veces, a menudo, me gustaría vivir por siempre
en los recuerdos felices de mi infancia.
Sin embargo, me alegro que eso no sea, ni siquiera, medianamente posible...

No me daría entonces la oportunidad de descubrir
todo aquello que aún me queda por vivir.

23 de Octubre