lunes, 30 de noviembre de 2020

Tu barbilla

Te he prestado tu barbilla

Para que me digas todo aquello

Que no me dirías 

Si no fuera con mi voz. 


sábado, 28 de noviembre de 2020

Almas

Cuando dos almas están conectadas,

Se llaman una a otra sin que (sus humanos) lo sepan. 

Y se tienen sensaciones

Y se le llama intuición, 

O simplemente lo ignoramos pensando 

Que son sólo producto de nuestra imaginación. 

Hay que escuchar al cuerpo, dicen. 

Hay que escuchar al alma, añado.

Pues no es uno más que el reflejo 

De aquello que contiene, 

De aquello que sostiene, 

En lo más profundo de esos 21 gramos. 

¿Y si...?

¿Y si nos hubiésemos conocido dos semanas después?

¿Y si hubiésemos coincidido alguna vez en ese grupo de amigos?

¿Y si te hubiese preguntado a ti aquella tarde de verano?

¿Y si te hubiera conocido unos años antes?

¿Y si te hubiese sabido entender?

¿Y si me hubieses sabido comprender?

¿Y si nos hubiésemos querido un poco menos y un poco mejor?

¿Y si hubiésemos sido perfectos el uno para el otro?

Porque lo que pudo ser y nunca fue,

Lo que podía haber sido 

Quizás sea, quizás esté siendo y no lo ves.


Piénsalo...

lunes, 16 de noviembre de 2020

El sonido de tu risa

Los recuerdos anidados en tus ojos, 

Tus bocaditos de piraña en los dedos, 

Cuando (me) cocinas pollo para que me guste, 

Y el sonido de tu risa. 

Tu media sonrisa, 

Que nunca me apartes un abrazo, 

"Esa" (primera) mirada, 

Cuando me besas, 

Y el sonido de tu risa. 

La manera en que me miras, 

Los abrazos que rodean, 

Las miradas al mañana, 

y el sonido de tu risa. 

Tus te quiero.

Y como suena tu risa. 

Y como sabe tu risa. 

Y todo lo que esconde tu risa. 

Y cómo sacó a Cupido del coma. 




martes, 10 de noviembre de 2020

Quizás entonces lo entiendas todo

 Empiezo borradores que no acabo, todos hablan sobre ti, pero ninguno dice lo que yo quiero decir. Como, por ejemplo, que hace frío y ojalá estuvieses aquí para abrazarme, que hoy he encontrado tickets de algunos sitios a los que fuimos juntos y que han pasado a ser nuestros, aunque nunca lo fueran (ni un poquito), que espero que cada día, después de las seis, suene el porterillo y estés tú al otro lado (pero nunca eres tú), que quiero una máquina del tiempo que me lleve de tu mano a aquellas noches de verano que pasamos juntos, que aún no he sido capaz de borrar nuestras fotos, nuestra lista de planes, ni deshacerme de estas ganas de verte aparecer. Cada vez. Siempre.

Empiezo borradores que no acabo, todos hablan de ti, pero ninguno dice todo lo que quiero decir.

Como que te echo de menos. Como que aún espero que vuelvas. Como que es cuestión de tiempo que tú también me eches de menos. Y quizás, quién sabe, quizás entonces... lo entiendas todo.

martes, 8 de septiembre de 2020

“Viceversa” - Mario Benedetti

 “Tengo miedo de verte,

necesidad de verte 

esperanza de verte 

desazones de verte 


tengo urgencia de oírte 

alegría de oírte 

buena suerte de oírte 

y temores de oírte 


o sea 

resumiendo 

estoy jodido 

y radiante 

quizás más lo primero 

que lo segundo 

y también viceversa".


Mario Benedetti

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Un día más sin ti

Un día más que pasa, un día más que consigo no enviar ese mensaje o ese correo o esa carta. Un día más lo consigo y no escribo en esa ventana.
Cómo quien deja una adicción, me enfoco en conseguirlo un día más, tan sólo un día más, a pequeños pasos, a pequeños sorbos. Y así es, contigo. Pasar un día más sin verte es como el adicto orgulloso que pasa un día más lejos de esa sustancia prohibida. 

Yo me felicito, ha pasado otro día, he pasado otro día (más) sin saber de ti.

Tú, mi Némesis. Yo, tu kriptonita. 

miércoles, 26 de agosto de 2020

Me dolía...

"Me dolía la memoria, me dolían los ojos, me dolía el espejo en que me miré. Habían hecho harapos mi amor y mi cordura…" 

Alejandra Pizarnik

jueves, 25 de junio de 2020

Abrazar una ausencia

Qué difícil se me hace, ya lo sabía Saramago, abrazar ciertas ausencias. Abrazar una silueta, una sombra, el vacío que dejas en el espacio en el que ya no te busco, en el que ya no te encuentro. Qué difícil se hace abrazar las ausencias. 
Porque “siempre llegamos a donde nos esperan” pero es mejor marcharnos de allí donde ya no hay hueco ni espacio, ni en átomos ni en granos de arena, y dejar una ausencia, para que la abraces cuando ya no esté.
Porque hay una persona que dejé de ser y que ya nunca seré porque tú ya no me esperas.

¿Cómo se abraza una ausencia? ¿Ćómo se abraza a quien ya no está? 

lunes, 8 de junio de 2020

Mi thundercumple (por Alexander)

1-. Figura de Inkling Chica con los pelos verdes
2-. Figura de Inkling Chica con los pelos rosas
3-. Figura de Inkling Chico 
4-.🥳🥳🥳🥳🥳🥳🥳🥳🥳🥳🥳
5-.Figura de la planta piraña 
6-.una mini bola del 🌍 
7-.🥳🥳🤩😱😱😱😨😰😰😥😥😓🥶🥵🥵🤯🤬🤬😡😡🥺☹️😎😜😗😉😉🤣🙂🙂😍😋😋😦🙃😑😋🤭😳🤔😘😰😛😒😂🤨😒🥵🤨😒😠🙂😨😐🤯😏😫🥳😧😒😤🙂😋😑😒😳😐😨😋😒😳😰😋😒😳🤤😑🙂🧐😒😳🤤🤔😋😏🤤🤔😏😳😦😐🙂🥳🙁😦🤗😇🥳😕😯🤗🤪🥳😭😕🤔😨😚🥳😕😨🤪🙁🤔🙂😨😠🙁🙂🤯😩🙂🤯😤😏🤔🙂🤯😏😯😚😏🤔😚😤😇😚🤔😤😕😇🥳🤔🤯😤😇😚😦🤯😤😚😦😨😤🤔😨😤🥳🤗🤬🥳🤗🥳🥳🥳🥳😦🤗😤😚😦🤔🙁😚🤔😨😳😇🥳🤔🙁😤🥳😦😨😤🙂🥳😕😨😤🙂😋🤔😨😤😋🙂🤔😕😤😇😚😦😨😤😇😚😐😨😕😇😴😐😨😳🤪😐🥳😤🥰🤔🥳🙁🤨😦🤔🙁🤨😏🙁😳😦🥰😏🙁🤔😏🙁😏🤔😨🙁😳🥰😦😨😤🤨🥰😦🙁😳🤨🥰🤔🙁😋😏🥰🙁😤🥰😋😐😨😤🙂😋😐🙁😳🙂😋😦🙁😳🙂😋😐😨😳😋🙁😐😤😏🙁😨😤😏🙂😦🙂😤😐🥰😋🙁🤨😏🙁🤨😏😨😤🤨🤔😨😤😦🤔🤨😨😤😦😐😏🙁😤😂😐🙁😤🥱😅🥳🙁😤😶🥳😱😤🙂😋😶😱😳🙂😋😴😨😳🙂😶🙁😤😇😕😱😤😯😱😚😤🤗😇🥳😤😕🤗😤🥱😱🤔😛😳🤗🙁😢😭😭😭🙁😏🥱😢🤬🥳🤬😰😨🥵😳🙂😋😴🤔😳🙂😋🤤🙁😳😐😋🥳🙁😋🥳🤔🙁😴🤨🥳🙁😳🥳🥰😐🙁😳🥰🥳😐🙁😳🙂😋😴😨😳🙂😋😐🤔😳🙂🥳😴🤔😋😳😐🙁🙂😴🥳😩🥳😐😩😳😴🤪😟😩🥳😶😴🤪😳😴😨😳😍😴🤔😶😳🥳🤪😨😳🤪😇😳😶🥳🤪😴😶😳🥳😕😕🤔😳😍🤪😶😩😳😍🤨🥳🤔😳😶🤔😟😳😴🤪😟😫🤪😴😐😕🤪😶😨😳😴🤨😨😩😦🤔😋🧐🤤🤔😂🤤🥰😂😏😦🤔😒😂😦🥴🤔🤨😳😦😂🤢😏😐🤔🤨😳😴😐🙂🤨😰🤤😋🤨😰🙂😋😴🤔😒😐😋🤨😒😐🤔🤨😳😐🙂🤨😳😐🙂😋🤭🙂😋🤤😳😏😐🤭😋🥳🤤😐🙂🥳😳🤢🤮🤢🤮🤢🤢🤫🤫🤫 was the way I was like this last year so I’m happy for you to come to the party tomorrow and then we can have some more friends and I will do something for ya next weekend so we will have a couple more things 
8-.y ya está.

martes, 2 de junio de 2020

And they did nothing...


Handcuffed.
Face Down.
Knee on his neck.
They did nothing.

He called the officer "Sir."
They did nothing. 

He begged for his life.
He begged for water.
He begged for mercy.
They did nothing.

His nose bled.
His body trembled.
He lost control of his bladder.
They did nothing.

He cried out, "I can't breathe."
They did nothing.

Twelve more times.

"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."
"I can't breathe."

They did nothing. 

One last time, he gasped, "I can't breathe."
They did nothing.

He lost consciousness.
They did nothing. 

A firefighter demanded they check his pulse.
They did nothing. 

Off duty medical personnel begged them to stop.
They did nothing. 

Deprived of oxygen.
His organs screaming.
His brain frantic.
They did nothing.

They watched George Floyd die.
His life fading.
A slow death.
They did nothing.

A lynching on the ground.
They did nothing.

For eight agonizing minutes.
Four officers watched.

He cried out for his Mom... 
A grown man...
Crying out for the woman who gave him life....
As he feared joining her in death. 
And still they did nothing.

A black man.  
A gentle giant.
Murdered because he was black.
And still, they've done nothing... 

(Anónimo) 

domingo, 31 de mayo de 2020

Como dos amantes

Como dos amantes que se reencuentran después de un largo periodo de tiempo, 
Sólo necesitaré posar mis pies sobre tu tierra 
Y será como besarnos de nuevo. 
Como dos amantes que se reencuentran, 
Sin que el paso del tiempo haya borrado
Ni un ápice de ese amor, 
Ni uno sólo de sus recuerdos. 

Tú me encontrarás con tu brisa cálida
Y yo te abrazaré con mis ojos  de nuevo, 
Y te besaré con la añoranza del que guarda
bajo llave sus deseos y recuerdos,
Sus secretos, sus pesares, 
Todo lo que ama, por miedo a perderlos. 

Jamás te diré que guardé en un baúl
las ganas de volver a verte
Porque "ojos que no ven,
corazón que no siente..."
Mientras lo intentaba,
Para ver si te olvidaba. 

Tú, cómo un amante egoísta,  
Que cambiaste el curso de mi vida
Para que nunca pudiera dejarte. 
Y como en la noche más oscura 
Brilla el lucero del alba, 
Así siempre antes de la aurora 
Guías a los marineros a casa,
a tierra firme, en tus entrañas. 

Como un faro en el horizonte,
Tus almirares claman al cielo
Y sus voces cruzan atravesando la madrugada
De la ciudad que nunca duerme,  
La que dibujo lejana en mis recuerdos, 
mi primer amor, mi amor imposible, 
Al que no olvido, ni quiero. 

Como dos amantes que se reencuentran, 
Después de un largo periodo de tiempo, 
Sólo necesitamos volver a vernos, 
Posar mis pies sobre tu tierra, 
Abrázame con tu aroma,
Ven, bésame de nuevo. 



viernes, 29 de mayo de 2020

Hoy he pensado en ti

Querido tú,

Hoy he pensado en ti.
después de tanto tiempo, mirando sin verte, he pensado en ti. En que, aunque hablemos a diario, quizás no siempre te tome tan en serio como debería, tan en serio como mereces. Porque ¿quién sino tú? ¿Quién, sino a ti?
Hoy me he puesto este vestido, porque sé que te gusta y me he pintado los labios de tu rojo favorito, para que sepas que todo irá bien, para que sepas que todo es justo como debe ser. Y que conseguirás todo aquello que ahora tan sólo puedes rozar con los dedos. Casi hemos llegado, casi ya estamos allí. Porque hoy es siempre todavía, porque hoy será siempre el momento.

Así que, por si nadie te lo dice hoy, que te lo diga el reflejo del espejo en el que ahora te miras.
Eres suficiente y eres diferente y eso es lo mejor del mundo (aunque no todo el mundo lo sepa ver). Nunca lo olvides... nunca te olvides.



jueves, 28 de mayo de 2020

Polihogar

¿Cuántas personas habitan dentro de mí?
¿Cuántas  puedo ser al mismo tiempo?
Y ¿cuántas quedan aún por descubrir?

lunes, 18 de mayo de 2020

Un hogar en mis recuerdos

Sueño con vosotros, a menudo,
Y, por un instante,
En la eternidad del sueño en que no existe el tiempo,
volvemos a estar juntos.
Y no importa si estoy dormida o despierta,
Porque sé que no os habéis ido,
Porque escucho vuestros pasos, vuestras voces,
Porque os veo y sé que estáis conmigo.
Y aunque sólo salís cuando duermo,
Sé que seguís aquí porque os construí
Un hogar dentro de mis recuerdos:
Una cocina donde siempre huele a croquetas,
Un salón con todas las ventanas abiertas,
una habitación con olor a jazmines en la mesita
Y un cuarto de baño con tu gel de vainilla.
Y un porche que te espera lleno de hojas secas
Tu cortaúñas para cuando voy a verte,
Tu copa llena de carbón y cizco,
Y un pozo con el que regar naranjos y olivos.
Y una mecedora junto a la ventana
Y domingos presidiendo una mesa de continentales y poquinos
Y Nochebuenas con disfraces,
Y tus bonsais y tus matas de pistachos
(Me recorrí medio Cairo sin encontrarlos,
Algún día los cultivaré por ti).
Y un charco de agua bajo la morera,
El zumo de una naranja chorreando por tus brazos,
Disfraces con cualquier trozo de tela
Y la ilusión incansable de la inocencia.
Por todo esto sé que no os habéis ido,
Porque nunca pasa mucho tiempo
Sin que paséis a visitarme
Como si quisierais aseguraros de que no os olvido.
Y sé que nunca os dejaré marcharos,
Porque si os vais, vuestro hogar (que es mi alma),
Se queda vacío, cerrado a cal y canto,
Y ya no olerá a croquetas ni a césped recién cortado
Ni resonarán en sus rincones las risas,
ni habrá en la piscina ruedas de camión y sandías,
Ni cancelas abiertas
ni ese vestido tuyo lleno de florecitas chicas.
Y todo estará a oscuras y, entonces ¿qué haré yo?
Por eso, no os olvido y sé que no me habéis dejado,
Seguid visitándome mientras duermo
Venid y quedaros a mi lado,
Aunque sea en mis sueños
Donde podemos estar juntos allí donde no existe el tiempo.

...hasta que volvamos a vernos...

domingo, 17 de mayo de 2020

¿Quién podía saberlo?

Siempre nos vendieron el futuro como ese momento de la historia en que veríamos coches voladores, grabadores de sueños, y máquinas que nos hicieran posible leer el cerebro, teletransportarnos, usar la telekinesis.
Pero resultó que no. Resultó que el futuro estaba más cerca de lo que pensábamos.
Resultó que el futuro era ahora.
Y para llegar a él, necesitábamos una sacudida que echara abajo nuestros modelos de conducta, nuestras prioridades, nuestro esquema de vida. Y resultó que el Big Bang fue un virus que nos hizo darle la vuelta a todo, zarandearlo boca abajo y dejar que cayera todo lo que escondía entre los pliegues de las ropas... valorar lo cotidiano justo después de que nos lo arrebataran, valorar como idiotas todo lo que siempre hemos tenido y hemos hecho de menos porque siempre estaba ahí, al alcance de la mano. Nosotros, los reyes de todo. Qué ingenuos ¿verdad? ¡O qué idiotas, más bien! Al final, resulta que era un regalo que necesitamos perder para poder apreciar. Porque así funciona el ser humano.
Y resultó que el futuro era esto. El futuro es valorar las pequeñas cosas de la vida. El futuro resultó estar en darnos cuenta del valor de un beso, de un paseo, de nuestros desayunos cada mañana. Resultó que este era el futuro, en evolucionar un paso más, en modificar nuestra conducta de pensamiento. El futuro es ahora, el futuro se esconde en este “quiero volver a verte”, está en reinventarnos desprendiéndonos de todo aquello que nada tenía que ver con el futuro, ni con la evolución, sino con la parte más genuinamente egoísta del ser humano.
¿Quién podía saberlo?
Tanto soñar con máquinas del tiempo y androides,
mientras rozábamos el futuro con las llamas de los dedos.

domingo, 10 de mayo de 2020

El otro lado de la almohada

Como cuando das vueltas en la cama
Sobre sábanas calentadas por tu propio cuerpo 
Y no puedes dormir. 
Y, de pronto, alargas el brazo
Sobre ese trozo de sábana fresquita, 
O le das la vuelta a la almohada
y apoyas la cabeza. 
Pues ¿sabes qué?
ese trozo de sábana fresquita,
Ese otro lado de la almohada... eres tú.


sábado, 9 de mayo de 2020

Abrazos

Llevo una ristra de abrazos 
Colgada al cuello, 
Para que así, cuando me veas, 
Sólo tengas que cogerlo. 

jueves, 23 de abril de 2020

Hogar

Volver a tus raíces no siempre implica volver a tus orígenes, tus raíces se encuentran en aquellos lugares en donde el corazón encontró su hogar y se quedó a vivir. Porque un hogar puede ser una casa, a veces, un hogar puede ser una persona, a menudo, un hogar puede ser un recuerdo. Su hogar es allí donde dejó un pedazo de sí mismo, coronándolo, colonizándolo, nombrándolo por siempre suyo.
¿Y que hay más arraigador que un corazón que se planta y dice “me quedo aquí”? Y ahí se queda, Sin importarle lo más mínimo a donde vaya el resto de ti. Porque el corazón es más independiente de lo que mucha gente piensa, y puede vivir fuera del pecho: en tus recuerdos, en tus anhelos, en tus promesas.


Durante tanto (pero tanto) tiempo

Durante tanto tiempo,
Pero tanto, tanto tiempo,
Andamos corriendo, andamos cabizbajos,
Perdiéndose nuestras pisadas por calles grises
Por callejones tristes,
Sin saber que los grises, los tristes
éramos nosotros.
Durante tanto tiempo
Pero tanto, tanto tiempo,
Respiramos, latimos,
Pero no puedo decir que vivimos.
Simplemente, nos mantuvimos inmóviles
En este callejón de doble sentido
Dando vueltas en círculos
Desorientados y perdidos.
Sin encontrar una salida.
Durante tanto tiempo,
Pero tanto, tanto tiempo,
Deseamos poseer el control del segundero,
Una burbuja que parara las manecillas del reloj,
O arrancárselas de un tirón hasta nuevo aviso.
Durante tanto tiempo,
Pero tanto, tanto tiempo,
Nuestras semanas no se dividían en días
Sino en obligaciones
laborales, personales, pospuestas y tardías
Y, una vez al año ¡milagro!
Un respiro, unas vacaciones,
coger aire y comenzar de nuevo.
Y así, se nos pasaban los días,
Se nos pasaban los sueños,
Se nos pasaba la vida.
Y entonces llegó una oportunidad
Para aquellos de nosotros que estábamos a salvo,
A quienes se nos pedía salvar el mundo
Desde el confinamiento, desde el anonimato,
Desde el resguardo de nuestro hogar
En el que teníamos comida, agua corriente y electricidad,
Y no supimos ver la suerte que se hallaba
Escondida entre las vigas, paredes, puertas y ventanas,
Dejando fuera al enemigo, manteniendo la distancia.
Después de tanto tiempo,
Pero tanto, tanto tiempo,
Encontramos al tiempo dormido
Y pudimos dormir con él,
Y pudimos descansar en él
Y pudimos, por una vez, tenerlo de nuestro lado.
Durante tanto tiempo,
Pero tanto, tanto tiempo
Deseamos tener el tiempo que tenemos ahora
Porque eso significa tenernos a nosotros mismos,
Porque eso significa que estamos vivos.

Como un buen amigo solía decirme
“ten cuidado con lo que sueñas,
Vaya a ser que se cumpla”.

Cuarentenas

Y, a partir de entonces, la cuarentena
pasó a ser una unidad de medida.
“Te echo de menos tres cuarentenas“, dirán.
Ya no habrá infinitos, ya no habrá eternidad.
Y todo lo que quedará será 
La primavera de 2020.

martes, 21 de abril de 2020

Quizás me aleje, sólo para que creas que no me importas...

Releo viejos emails que me hablan de la vida allí, y deseo con todas mis ganas volver a enviar alguno que cuente cómo ha sido volver a verte, a encontrarte, a pasear sobre tu piel. Releo viejos posts en los que contaba sobre ti y me pregunto si habrás cambiado, cómo seguirás sin mí. Y escucho música y decido volver a acercarme sigilosa a ese idioma gutural y melódico en el que durante tanto tiempo hice incursiones a destiempo.
Te echo de menos.
Y hago listas de deseos que cumplir contigo, y hago listas de todo lo que haré cuando te vuelva a ver, aunque no estemos solos. Y no me importa compartirte, una parte tuya será siempre sólo mía.
Y planeo paseos junto al metro o en el metro, bebiendo tamarindo y zumos de mango. Quizás algún día cojamos un taxi amarillo o uno negro o paseemos hacia los recuerdos, perdiéndonos en la noche, pasando junto al Nilo, rechazando las faloukas, acabando en un café luminoso lleno de sillas metálicas con cojines.
Y comeremos hawawshy en aquel lugar al que no tengo claro saber volver, pero segura de encontrar el camino, y comeremos koshary en la planta alta del aquel en el Casco Antiguo y basbosa, esta vez sin preferencias. Volveré a la molokhiya con pollo y arroz justo después de comprar libros en el-Diwán o daré pellizcos al pan dulce recién comprado en la panadería que hay entre el metro y mi piso, que ya no es mío, pero que es un poco mío.
No te echaré entonces de menos, porque estarás conmigo.
E iremos al parque de al-Azhar y a la plaza de la Libertad, que ya lo era incluso mucho antes de aquella Revolución que cambió tantas cosas (pero nada dentro de mí), que ya era la plaza de la Libertad desde aquel diciembre de 2003. Tahrer, siempre tú, el corazón de todo, donde comenzar todos los viajes, donde acabar todos los caminos. Tahrer, en el centro del caos.
El sonido en los minaretes llamando a la oración que moviliza a la ciudad. Los bazares turísticos y la parte donde el asfalto se convierte en tierra. El té, el olor a acre, a café, la brisa cálida en la cara. La noche que se convierte en día, que se convierte en noche, que se convierte en día. Y soñar sin dormir en ti.
Quizás algún día entonces me aleje de ti en un tren que me lleve a Alejandría, sólo para que creas que no me importas, que no te echo de menos. O un autobús me lleve a Basata, a Marsa Matroh o a ver las estrellas en el desierto, rodeada del silencio que antecedió al comienzo de todo.
Pero volveré. Y desde el supermercado el primer día alguien me ayudará a llevar la compra por unas libras a un piso a orillas del ruido en el que recordar todas mis vidas pasadas. Siempre en ti. Las calles llenas de gente, el caos, la vorágine y el remanso de paz que me traes, el abrazo sin murallas, la felicidad de lo pasajero. Echo de menos el calor y la brisa y las luces deslumbrantes y el olor dulzón a narguile, los dátiles, la música en las calles, las voces en las calles, las risas en las calles, niños jugando entre los coches, miradas fugaces, llamadas a destiempo, el reencontrarte. Te echo tanto de menos que sólo sueño con volver a verte, porque volveremos a vernos, volveremos a encontrarnos y me abrazarás con tu ruido, con tu caos, con el olor a noche en el aire.
Volveré, porque una parte de mí sigue atrapada en tu maraña.

Te echo de menos.
Querido Cairo, cuento los días para volver a vernos.

sábado, 18 de abril de 2020

Hizo falta una pandemia

Recibo un mensaje tuyo,
Inesperado,
Han pasado tantos (tantos) años...
Te contesto.
Y hablamos.
Y vamos acercándonos
A cada palabra,
A cada “escribiendo”
A esos muchachos de 19 años,
A los de veinpocos,
A los de veintitantos...
Qué curioso,
Sólo necesitábamos una pandemia
Para volver a encontrarnos,
Durante un instante al menos
Hemos vuelto a ser
Aquellas gotas gemelas
Caídas de una botella.

Nada volvió a ser como antes,
O quizás todo volvió a ser como siempre.
No volvimos a hablar.
Pero ahora sé que aún me recuerdas.

domingo, 12 de abril de 2020

Llegará el día

Llegará un día,
Llegará,
En que duerma en otra cama
Igual de fría,
Y recuerde estas noches
De insomnio,
De esperar ver el amanecer
De un nuevo día,
De una nueva vida.
Llegará el día,
Llegará.
Veré entonces las mismas estrellas
Que hoy sobre mí brillan.

jueves, 26 de marzo de 2020

19:58

Leo Poesía en la cama,
Pendiente del reloj.
A las 19:58 me levanto,
Cojo algo de abrigo
Y busco la llave que abra el balcón.
Ya es la hora y comienzan a sonar aplausos
Que dicen al unísono:
“Gracias por cuidarnos,
Gracias por traernos alimentos
Gracias por protegernos”
Y me despido desde lejos.
Nos vemos mañana
Cada uno desde nuestra casa,
Luchando con unión desde el confinamiento.




Daños Colaterales

A veces hace falta una pandemia
Para relativizar en importancia,
Para empezar a tomar conciencia,
para darnos cuenta que necesitamos parar en seco,
Y coger aire y empezar de nuevo.
A veces hace falta una pandemia
para que caigan las murallas que te rodean,
para empezar a ser un poco más nosotros mismos,
y darnos cuenta que son disfrazadas fortalezas
aquellas debilidades de las que huimos.
A veces hace falta una pandemia
para devolverle la importancia
a lo que realmente merece la pena 
A todo aquello que ignoramos,
Porque creemos que sólo tiene valor
Aquello que tiene precio.
A veces hace falta una pandemia
Para volver a ver la belleza donde siempre ha estado
Aquella a la que nos acostumbramos
Anestesiados por la monotonía.
A veces hace falta una pandemia
Para ver con quien contamos
y a quien sólo contamos
En nuestro listado de extraños.

A veces  necesitamos que la vida nos zarandee
Y nos recuerde todo aquello que hemos olvidado,
Aunque sea con una pandemia.

martes, 24 de marzo de 2020

domingo, 22 de marzo de 2020

#quédateencasa

Quiero ver un atardecer desde mi terraza,
Sentarme a comer un helado de turrón al sol,
Ir a la playa, tumbarme en la arena,
Ir de compras sin mirar el reloj.
Quiero por fin cobrarme ese abrazo (tan dilatado en el tiempo),
Volver a jugar a Magic e ir a recitales y conciertos de cantautor,
Y salir y dar un paseo por avenidas rebosantes de vida,
Cuando se abran los barrotes de esta jaula que es ahora Sevilla.
Ansío escuchar risas en la calle, el ruido, los atascos,
Y esperar el metro, en hora punta, para que me lleve,
Y hacer planes para las tardes de los sábados,
Para las noches de verano, para Navidad, para mi cumpleaños.

Quiero volver a tener el privilegio
De sentirme afortunada por ser quién soy
Y no por aún tener lo que tengo miedo a perder,
Porque no necesito cuarentenas para esto:
Siempre he sabido la suerte que tengo.

#quédateencasa




sábado, 1 de febrero de 2020

En casa, ando siempre descalza...

Soy más de dar uno que dos besos,
Raramente doy las gracias,  
En casa ando siempre descalza,
Y soy un caosl a mayor parte del tiempo.
Leo menos de lo que quisiera
Y se me acumulan los libros tapiabiertos*
Y hace aún más que no escribo
(incluso cuando sólo escribiendo me encuentro).
Pero me siguen doliendo tan intensamente las injusticias y las despedidas, que no importa si intento evitar que caiga una lágrima, pues al final siempre toman forma de palabras y se abren paso en mis cuadernos: a unas líneas de distancia, la catarsis del que escribe buscando consuelo.
Mi película favorita de 1998 ya lo decía "a veces cuando se pierde, se gana" pero esta vez no estoy de acuerdo: lo mires por donde lo mires, con tu marcha, somos nosotros los que hemos salido perdiendo.

Mucha suerte y hasta pronto.