domingo, 24 de octubre de 2010

El tiempo... ese gran desconocido

El tiempo es oro.
Por desgracia, sólo nos damos cuenta de tal verdad, cuando aquel nos falta.
Cuando habríamos deseado tener más tiempo para pasar con esa persona que ya no está.
Cuando hemos de entregar algo y vemos que es físicamente imposible acabarlo a tiempo.
Cuando, ya mayores, pensamos en todo lo que podríamos haber hecho... y nunca hicimos.
Cuando al pensar en todo el tiempo que estuvimos juntos, en realidad, me doy cuenta que no estuvimos juntos ni siquiera la mitad de las veces. 
Cuando al pensar en los últimos años, me doy cuenta de todos esos (estos) días en los que no hago nada. Y el día termina tal y como empezó. Y estos días nunca van a volver. El tiempo que se pierde, nunca vuelve. El tiempo que se va, es como si hubiera muerto y sólo podemos recordarlo sin hacer uso de él. 

Yo ayer no hice nada. 
Hoy no he hecho nada.
Y sé que me arrepentiré de esto. 

Y me resulta curioso ver cómo la gente se fija en las fechas como el 10/10/10 a las 10.10 como si por la coincidencia de cifras lo hiciera un momento irrepetible o mágico. Todos los momentos son irrepetibles y no es que la fecha no se vaya a repetir en 800 años, es que ninguna fecha se repetirá jamás. Porque aunque los 365 días del año se repitan anualmente, nunca es el mismo día para nosotros, ni siquiera nosotros somos la misma persona de un año a otro, probablemente ni siquiera de una semana a la siguiente. 
¿No se dan cuenta de que todos los momentos son especiales porque nunca volverán a ocurrir? 
¿Que si bien dos días comparten "nombre", no tendrán nada más en común que unos números?
Cada momento que vivimos no va a volver.
Y da igual.
Da igual que lo intentemos.
Da igual cuánto pensemos en esos días especiales.
Nunca, nunca volverán. Pues, aunque lo intentemos, resulta imposible. Y será imposible porque ya no seremos los mismos, no sentiremos lo mismo ni pensaremos igual. Nadie se mantiene ajeno al paso del tiempo. Y, si bien, el momento llegara a repetirse, se repetiría para una persona diferente del tú que eras la primera vez que ese momento ocurrió. 


Mañana comienzo a estudiar. Mañana comienzo mis dos horas de ejercicio diario.
Mañana comienzo el autoaprendizaje. Mañana comienzo a enviar curriculums.
Hagamos algo valioso con nuestro tiempo. Antes de que se haya escurrido para siempre.



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