domingo, 22 de septiembre de 2024

Planeando reencuentros

Hoy es uno de esos días en que no se me va de la cabeza que hace más de 12 años que me despedí en el aeropuerto, en los aeropuertos. De alguna manera, en algún momento de aquella despedida, no sólo me despedí de ti sino que dejé una parte de mí y una puerta entreabierta. En aquel aeropuerto dije adiós, sin saberlo, al que fue mi hogar cada verano durante más de diez años. 

Y desde entonces, y más últimamente que nunca, me pregunto ¿cómo será volver a pisar tus calles? ¿cómo será recorrer de nuevo tus caminos, entre otras personas que ya no me conocen, entre rostros desconocidos? ¿Cómo será volver y no recordar cómo llegar a mi sitios favoritos, cómo atajar hasta esos pisos que no son míos pero que alguna vez fueron un poquito míos? ¿Cómo conseguiré no perderme en el ciempiés subterráneo que atraviesa toda la ciudad? ¿Cómo será volver a dónde fui feliz, tan feliz, durante tanto tiempo?

Me da vértigo pensarlo, debe ser como justo antes de saltar del avión en paracaídas, con miedo de que no se abra. En el fondo, es bastante similar. Pero qué ganas tan intensas de volver. 
Porque la curiosidad que me produce ver cómo sigue todo y cuánto ha cambiado, no es algo que me vaya a persuadir, ni arruinar el sueño de volver a tus calles. Quien me conoce un poquito, conoce la respuesta a la pregunta y es que ¿desde cuándo el miedo me ha parado?
Es mayor la curiosidad y tengo tanta curiosidad, que qué alegría, por esta vez, de no ser un gato.