jueves, 17 de enero de 2013

Respuesta sin pregunta




Al igual que se dice el pecado pero no el pecador, yo hoy me aventuro a decir la respuesta mas no la pregunta. Hace días que le doy vueltas a algo, algo que me han preguntado con frecuencia últimamente y, después de macerar mucho la respuesta esperada a tal cuestión, me doy cuenta de que realmente, no tengo ninguna. Y no tengo ninguna porque hay cosas que no se preguntan para ser contestadas, para ser racionalizadas y tan ni siquiera para ser tomadas en cuenta. Sin embargo, debe haber una respuesta a ello, una respuesta que necesito encontrar y la encontraré, incluso si ello conlleva darme cuenta de que, en realidad, la respuesta no existe - y nunca existió - porque en realidad, la pregunta no podía siquiera ser considerada, contestada, racionalizada y, tan nisiquiera, ser tomada en cuenta.

No hay comentarios: