domingo, 21 de julio de 2013

Yo no quiero

Yo no quiero que me digas que me quieres.
Ni que pretendas pasar conmigo el resto de tu vida.
Aún.
Yo no quiero que me bajes la luna o me acerques continentes.
Ni que pienses que, sin duda, soy el amor de tu vida.
Para todo eso, ya habrá tiempo, más adelante.
Yo no quiero que cuentes los minutos para volver a verme,
Ni que hagas planes para cada día de tu vida. Junto a mí.
Todavía.

Yo no quiero que te quieras reflejado en mi mundo.
Como si cualquier otro reflejo - siendo no más que eso - no mereciera la sonrisa.
Ni quiero que nos comamos los espacios y sólo quede la visión siamesa
de la independencia del siglo XXI
Yo no quiero convertirme en la mitad de nadie. 
Ni siquiera tuya. No todo el tiempo.
Ni que pienses que fuera de mí ya no hay vida.
Yo no quiero, porque no quiero, que todo te recordara a mí
(aún estás libre de ello)
y que desees constantemente dejar constancia mediante llamadas. Mensajes.
Whatsapps. Tweets. Palabras. Imágenes. Que valen más que mil palabras.
Yo sin embargo, no quiero mil palabras.
Apenas un puñado me son suficientes,
pero han de ser el puñado justo, en el momento justo,
en la palma de tu mano y en comisura de tus labios,
como la imagen de tus besos entre el sueño y la vigilia
que ciertamente valdrían todos los puñados de palabras
que cupieran en una vida. 

Yo sólo quiero - y es lo único que quiero -
es que tengas ganas de verme de vez en cuando, de abrazarme a menudo,
y que echarme de menos sea tu secreto inconfesable.
Así como pensarte a todas horas es el mío,
siendo como eres mi pensamiento favorito
antes de caer en la profundidad más anónima del sueño.



2 comentarios:

Antonio jose dijo...

Ostras este post es el que mas me gusta de todos los que te he leido! Muy bueno!

Cristina M. Ch. dijo...

Muchísimas gracias ^_^
Hay que ir mejorando, siempre.