Tema II: Perdonar y Olvidar.
Fecha: 9 al 15 de Septiembre.
Elegido por: Noor al-Zubaidy
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No sé si será porque soy de género femenino o porque soy cáncer, pero lo cierto es que para alguien como yo, no hay frase más vigente a lo largo de toda la vida que esa de "yo perdono pero no olvido". La mayoría de las veces, es mentira a medias, porque perdonar... pues tampoco. Y no es que yo sea una persona rencorosa, sino que creo que la memoria es una gran ventaja vinculada muy de cerca con la supervivencia social. Aprender de los errores del pasado es necesario, de eso no creo que haya duda y, es que creo que el perdón y el olvido son una pareja inseparable, inquebrantable: quien perdona, acaba olvidando y, quien tiene buena memoria... bueno, quien tenga buena memoria, tendrá que hacer esfuerzos dobles por ignorar las espinitas que se hayan ido clavando en el camino hacia el presente.
Y dándole vueltas a todo esto he llegado a la conclusión de que probablemente "no olvidar" no es sólo nuestra propia capa de protección ante el mundo, ya que mediante el perdón ofrecemos la oportunidad a esa persona de volver a hacernos daño, cuando la guardia está bajada, cuando somos vulnerables, cuando todo ya está olvidado. Además de todo esto, es un tema de orgullo y dignidad, aunque con ello perdamos a personas importantes en nuestra vida.
"Nada envalentona tanto al pecador como el perdón" - William Shakespeare
¿Cuántas de esas cosas que siempre juré y perjuré no olvidaría, ya no me importan? Aunque sólo pregúntame, y te diré que sí. Así que aceptémoslo, cuando algo es realmente inolvidable (en un sentido negativo), probablemente también será imperdonable. Si es imperdonable, entonces no tiene sentido seguir en contacto con esa persona, porque evidentemente no se lo merece (entonces hay excepciones cuando el arrepentimiento es sincero, pero ese ya es otro tema). Pero si seguimos en contacto es probable que ya le hayamos perdonado y que, no sólo eso, sino antes de lo que creemos ya hayamos dejado de sentir ese "rencor" o esas ansias de recordar su fallo toda la vida.
No es opcional: sacrificar una amistad/relación/lo-que-sea o sacrificar un poquito de amor propio, porque de una u otra manera, si el perdón no es completamente sincero, de vez en cuando nos arrepentiremos por no haber sido más consecuente. Aunque cuando salga el tema lo utilicemos para reafirmarnos en nuestra propia dignidad. Y que parezca que le estamos perdonando la vida.
"La mayoría de nosotros puede perdonar y olvidar; simplemente no queremos que la otra persona olvide que perdonamos" - Ivern Ball
Sin embargo, a veces, somos nosotros los que cometemos errores. No, no me refiero a errores para con los demás (que también), sino que nos fallamos a nosotros mismos, cometiendo errores innombrables, imperdonables, inolvidables. Y es entonces cuando maduramos, cuando entendemos que no se puede volver atrás y que, de una u otra manera, tendremos que aprender a vivir con ello. ¿Por qué? Porque no podemos dejarnos a nosotros mismos en el pasado o en la distancia, no podemos simplemente porque tendremos que vivir y convivir con nuestra propia alma, durante el resto de nuestra vida.
Es entonces, sólo entonces, cuando crecemos. Y para eso, lo siento, pero no hay antídoto.
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