martes, 14 de enero de 2014

Pasar tiempo contigo

Pasar tiempo contigo me gusta.
Cobra sentido, a veces, a ratos, cuando me "robas" zumos de melocotón, porque sabes que es el que me gusta. O cuando duermes poco para acompañarme, un lunes cualquiera, a echar papeleo, sin tener siquiera que pedírtelo. Tampoco importa mucho a dónde vayamos, en el fondo es un alivio saber que estás ahí. Aunque no vengas. Aunque no estés (porque en cierta manera, aunque no te vea, estás ahí).
Pasar tiempo contigo me hace bien.
Eso, creo, ya lo sabes. Eso, creo, te gusta (pero no te acostumbres).

Y aunque tú seas más de causalidades y yo de casualidades, en el fondo, no importa demasiado.
Porque me gusta cuando ordenas los pelitos de mis cejas.
Y cuando me das furtivamente un beso en la mejilla.
Y también cuando sueltas algunas de esas bromas sin gracia y ríes con ganas.
Porque tu humor no me gusta, pero verte reír me encanta.
Y entonces están esos hoyuelos que te salen en ese pliegue, entre la nariz y la comisura de tus labios. Y creo que eso es lo que más me gusta de tu cara. Incluso más que tus ojos, por muy extraño que te resulte que a alguien pueda gustarle algo de ti más que tus ojos.
Ya ves. Será que yo, no soy como el resto.
Será que tú, tampoco quieres serlo.


No hay comentarios: