A veces, me pregunto, qué se te pasa por la cabeza cuando me ves. Cuando alzas la mirada y me ves, caminando hacia ti, en ese preciso instante después de reconocerme pero antes de sonreír.
Me lo pregunto... me lo he preguntado a menudo, al menos, al menos, una vez al año. O dos.
Creo que nunca lo sabré. O al menos, tú nunca me lo dirás.
Y ¿Sabes qué? Podría decir que me da igual
Aunque creo que tener interés en las cosas no puede ser malo.
Nos lleva a hacernos preguntas, a preguntarnos el por qué de las cosas.
Yo creo que ser curioso es bueno. Y preguntarse (muchas, muchas) cosas
nos hace ser un poquito más sabios.
Con esa clase de sabiduría real pero adaptada a los conocimientos del día a día.
A mí me gusta preguntarme cosas a menudo...
Me lo pregunto... me lo he preguntado a menudo, al menos, al menos, una vez al año. O dos.
Creo que nunca lo sabré. O al menos, tú nunca me lo dirás.
Y ¿Sabes qué? Podría decir que me da igual
(pero estaría mintiendo. Y yo no quiero eso. No a ti. Y menos, a mí misma).
No sé. Quizás tanta curiosidad no sea buena.Aunque creo que tener interés en las cosas no puede ser malo.
Nos lleva a hacernos preguntas, a preguntarnos el por qué de las cosas.
Yo creo que ser curioso es bueno. Y preguntarse (muchas, muchas) cosas
nos hace ser un poquito más sabios.
Con esa clase de sabiduría real pero adaptada a los conocimientos del día a día.
A mí me gusta preguntarme cosas a menudo...
todas las incógnitas de la vida alguna vez se me han cruzado por la cabeza.
Y, me imagino, que tú debes ser una de ellas, porque a veces... a veces me lo pregunto...
Al menos, una vez al año. O dos.
¿Qué se te pasa por la cabeza cuando me ves?
Anda, dímelo.
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