lunes, 16 de abril de 2012

Disparos


Se oyó un disparo. Un momento después, otro. Un fuerte olor a pólvora inundaba el ambiente y, no tan lejos, se escuchaban gritos que eran, más que de miedo, de ira, de rabia, de auténtica indignación. Otro disparo. Ella corría hacia el lugar del que provenía el jaleo pero, cuando llegó, no vio más que la estela de polvo que los caballos habían dejado a su paso. 

(1 de Abril de 2011)

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