La mala racha acabó,
sencillamente porque yo decidí que tenía que terminar,
que la tristeza y la ansiedad sólo podían hacerme daño y ningún bien.
Y mi vida no ha cambiado, ni casi casi me atrevería a decir que lo he hecho yo,
aunque en el fondo, quizás, me equivoque.
Como ocurre en estos casos, como ocurre conmigo en estos casos,
era cuestión de mirar atrás, observar, mirar hacia adelante
y planear la trayectoria.
Saltar, despegar las alas y volar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario