Espero una llamada, la llamada que me lleve a tu última morada, al último adiós, mientras me caliento los pies siempre fríos en la estufa, bajo la mesa. Espero una llamada, como durante la noche esperé que el timbre - atronador - de los teléfonos, sonando a la vez, me despertara. Me dormí con inquietud, sabía que madrugaría, sabía que era tu última noche, sabía que estabas pasando la última de tus noches, las últimas de tus horas.
Ahora deseo haber tenido la oportunidad de haberte conocido más, de haberte conocido mejor.
Me he duchado, he desayunado, vestida espero una llamada, la llamada que me lleve a ese lugar donde te velaré y que donde hace apenas algunas lunas, velé a otra persona. Y sabré que apenas a unos metros yace tu cuerpo, inerte, frío, sin vida, porque te habrás ido, porque ya te has ido y todo lo que queda de ti, es tu cuerpo.
Ahora deseo haber tenido la oportunidad de haberte conocido más, de haberte conocido mejor.
Me he duchado, he desayunado, vestida espero una llamada, la llamada que me lleve a ese lugar donde te velaré y que donde hace apenas algunas lunas, velé a otra persona. Y sabré que apenas a unos metros yace tu cuerpo, inerte, frío, sin vida, porque te habrás ido, porque ya te has ido y todo lo que queda de ti, es tu cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario