sábado, 10 de diciembre de 2011

HBBC XII: Poderes Sobrenaturales

Tema XII: Poderes Sobrenaturales.
Fecha: 6 al 12 de Noviembre.
Elegido por: Engi Amin
Más sobre HBBC aquí

¿A quién no le han preguntado alguna vez - quién no se ha preguntado al menos una vez - qué súperpoder preferiría sobre todos los demás? ¿La invisibilidad voluntaria? ¿La telepatía? ¿Quizás una velocidad ultrasónica? ¿El poder de mover objetos con la mente? ¿Controlar el tiempo? ¿Conocer el futuro? ¿O quizás el tan recurrente poder de volar? Yo siempre me lo he planteado, más por aburrimiento que por necesidad y, a estas alturas, sigo sin decidirme por uno. Se dice que "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" y más allá, añado, "y un precio demasiado alto". 
Y es que me tentaría sobremanera dominar la telepatía, algo que privaría a todo aquel que se me acercara del derecho a la intimidad, a poseer sus propios pensamientos, a dejarme entrever tan sólo una porción de la tarta (a veces me planteo cuán diferente sería todo si los pensamientos fueran públicos, si no tuviéramos derecho a poder esconder todas aquellas ideas que quisiéramos mantener a buen resguardo).
Si tuviera el poder de conocer el futuro, dejaría de disfrutar el presente, porque a fin de cuentas, siempre sabría qué viene después e, incluso, si no fuera nada. Más que el vacío. Y, las despedidas, no serían tan emotivas si supiera que después habría un encuentro fortuito, casual o deseado. Y, los reencuentros, esos mismos, también los habría entrevisto y... al final... nada me haría feliz.
¿Controlar el tiempo? eso sí que sería útil, pero al final, acabaría volviéndome loca. Y volviendo a cada momento a mis momentos más felices y, al final, el tiempo acabaría por detenerse, el mundo acabaría por detenerse. 



Y es que estos son los poderes que asumimos como superpoderes y sus poseedores se convierten automáticamente en superhéroes... Superhéroes que, al final, siempre están solos, siempre se quedan solos, siempre viven por y para los demás, sin disfrutar de su propia felicidad... algo que difícilmente se entiende en tales circunstancias. Así que me quedo como estoy, con mis limitaciones, con mis cositas, pero al fin y al cabo, no sabiendo más de lo necesario, no arrebatando a nadie su propia libertad (de acción o pensamiento), aprendiendo todo aquello necesario en la vida de una manera natural y humana. Sin superpoderes, sin nada más que lo necesario para ser feliz. Y lo mejor de todo, es que es que a pesar de todo esto, poquito a poco, humanamente... estoy aprendiendo a volar. Porque volar, oh, he de confesar que eso sí que me gustaría.


No hay comentarios: