Y entonces dejas de esperar y comienzas a buscar.
Pero no buscas en bancos de parque, supermercados ni películas en grandes pantallas de cine.
Empiezas a buscar (respuestas) a preguntas que siempre te dieron miedo
y encuentras alivio en enfrentarte al miedo que te carcomía.
Porque al final, hay heridas que sólo sanan de esa manera, aunque escueza, aunque sangre.
Pero no buscas en bancos de parque, supermercados ni películas en grandes pantallas de cine.
Empiezas a buscar (respuestas) a preguntas que siempre te dieron miedo
y encuentras alivio en enfrentarte al miedo que te carcomía.
Porque al final, hay heridas que sólo sanan de esa manera, aunque escueza, aunque sangre.
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