Abismo

Un nudo en el estómago. Falta de ganas de nada. No sé nada de ti desde que volví de aquellos días contigo ¿Qué está pasando? Se me juntan las ideas en la mente pero ninguna parece llegar a ningún sitio, ninguna encuentra salida y entonces, empiezan a amontonarse, unas sobre otras, no dándome consuelo alguno. Echo de menos saber que te acuerdas de mí, echo de menos tus palabras, tus besos, tus abrazos. Echo de menos verte dormir, al lado mía.
He perdido el apetito. Lo perdí justo en el instante en el que perdí la opción a preguntarte cada vez que me daba la gana. Ya no tengo ese derecho, ya no siento que quieras saber nada de mí. Y la sensación en el pecho abre el grifo que mis ojos intentan cerrar, porque aquí donde estoy no puedo permitirme llorar por ti.
Dime algo, dime algo, dime algo. Te espero. Me concentraré en pensar que voy a recibir buenas noticias tuyas, pronto. Porque así, al menos, me sentiré bien, sentiré que estoy haciendo lo único que puedo hacer para intentar mejorarlo todo. Por favor, dime algo, dime que tienes ganas de verme, dime que aún... aunque sea poco... te acuerdas de mí. No me importa si de día o de noche, pero necesito saber que aún queda espacio en ti para mí.
No te vayas así, no me des la espalda, no me muestres indiferencia.
No dejes que se abra el abismo que da paso a una caída libre al vacío.