martes, 23 de febrero de 2010

Mi Confesión


No entiendo nada.
Y creo que ni quiero intentarlo.
Sólo sé que te echo un poquito de menos y que ya me cansa disimularlo.
Hace sólo dos días volví a soñar contigo. Creo que es la única razón por las que me gustan mis pesadillas.
Es probable que sepa la razón.
Vaya. Debe ser que se me olvidó la lección de la última vez.
Pero ¿sabes qué?
Lo que me entristece no es haber soñado
contigo,
Sino que no estés aquí para compartirlo
contigo.


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