domingo, 29 de noviembre de 2009

Camino al paraíso

Me despertó, mi cabeza en su hombro, mientras los primeros rayos de sol se filtraba a través de los cristales del autobús que nos llevaban a Marsa Matroh. Yo quería seguir durmiendo, no eran más que las 5.30am, quizás las 6am. Lo miré sin entender, los ojos soñolientos, los párpados pesados. Volvieron a caer. 
Su mano, suavemente, me zarandeó el hombro. Me despertó de nuevo. "Tienes que ver esto". A mi lado, al otro lado del cristal, el mar mediterráneo se abría ante mis ojos... Allí, en calma, en la otra orilla del mismo mar, los rayos del sol del alba lo coloreaba de naranja, a grandes trazos de color, entre los que se colaba a escondidas un poquito de blanco y otro poquito de azul.


Mientras sonreía, volví a cerrar los ojos... pero ya no dormía.
Julio de 2004 no queda tan lejos. Algún día volveré al Paraíso.


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