Siempre me pregunté cómo sería la última vez que te mirara a los ojos.
Siempre me lo pregunté, aun sin querer conocer la respuesta.
Y, mientras llegaba ese momento, atesoraba instantes de felicidad
para ir sumando minutos a ese cuaderno invisible que nos cuelga del cuello.
Hoy por hoy sólo siento vacío,
perdí la brújula que me llevaba a mi sonrisa.
Siempre me lo pregunté, aun sin querer conocer la respuesta.
Y, mientras llegaba ese momento, atesoraba instantes de felicidad
para ir sumando minutos a ese cuaderno invisible que nos cuelga del cuello.
Hoy por hoy sólo siento vacío,
perdí la brújula que me llevaba a mi sonrisa.
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