Sé leer los labios,
aunque no digas nada
porque, cuando sonríes,
se te desbordan las sílabas por los ojos,
y creas, sin saberlo, poemas de amor en el aire.
Sí, aunque no digas nada,
cuando sonríes, aunque no quieras,
provocas con tu mirada
la prioridad de tus recuerdos sobre los otros.
provocas con tu mirada
la prioridad de tus recuerdos sobre los otros.
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