Diría que tengo que hacerme a la idea, pero mentiría.
Lo cierto es que no es una sola idea la que tengo que matizar y aceptar,
sino coger mi vida, ponerla bocabajo, zarandearla un poco y quitarle las arrugas,
para poder volver a ponérmela y cobijarme en ella.
Sin que sus mil pinchos, cortes y heridas abiertas me hagan querer
tirarla por la borda.
Y empezar de nuevo.
Lo cierto es que no es una sola idea la que tengo que matizar y aceptar,
sino coger mi vida, ponerla bocabajo, zarandearla un poco y quitarle las arrugas,
para poder volver a ponérmela y cobijarme en ella.
Sin que sus mil pinchos, cortes y heridas abiertas me hagan querer
tirarla por la borda.
Y empezar de nuevo.
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