miércoles, 27 de octubre de 2010

Pensamientos Navideños de Octubre

Cada año, los supermercados adelantan más las Navidades: turrones, almendras y mantecados, árboles y luces por todos lados. Y es que con la crisis, el gasto a plazos parece algo más asequible. Y empiezan ya a ofrecer toda clase de surtidos y mazapanes, calóricas propuestas alimenticias, regalos navideños, luces, colores. 
Sin embargo, es probable que lo que viví como Navidad el año pasado pase a ser lo que me quepa esperar de las Navidades de este año y las de varios años más. Un sucedáneo de Navidad. Un saber que es Navidad, pero sin sentirlo. Un día más. Un año más. Tan sólo un poco de azúcar extra en la dieta. Y, de repente, cambiar el calendario para dar la bienvenida al 2011... 2012... 2013...
Sin embargo, esto no es lo que solía ser. Y es que las Navidades han sido siempre mi época favorita del año... el olor de las calles, las luces colgadas, las uvas con las personas que quieres... las castañas asadas... el aliento blanco producido por el frío... el turrón de chocolate Suchard con su papelito dorado... "qué rico" *suspiro*.
Me da mucha tristeza pensar que el espíritu navideño está siendo lapidado en su corazón, el de la persona alrededor de la que organizamos las comidas familiares. Y no piensa en los que quedamos. Los que queremos celebrar con ellos que seguimos estando aquí, un año más. 
A mí me encantaría que estas Navidades fueran especiales, las primeras con el nuevo miembro de la familia, aunque él aún casi no nos reconozca y sólo mire aquí y allá con sus grandes ojos. Y me gustaría celebrarla, por él, por mí y por todos aquellos que tenemos la suerte de seguir aquí.
O pensar, al menos, en los más pequeños.


Feliz Navidad a todos
¡Y eso que aún faltan dos meses!


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