Qué pena que tu arrepentimiento llegue tan tarde,
qué pena que te des cuenta de mi valor tan tarde,
y qué pena.
O qué suerte.
Porque tu ausencia me enseñó a vivir sin ti,
porque tu indiferencia arrojó mil puñados de sal
sobre las heridas
y tuvo el mismo efecto que el limón justo después
de un chupito de tequila.
qué pena que te des cuenta de mi valor tan tarde,
y qué pena.
O qué suerte.
Porque tu ausencia me enseñó a vivir sin ti,
porque tu indiferencia arrojó mil puñados de sal
sobre las heridas
y tuvo el mismo efecto que el limón justo después
de un chupito de tequila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario