viernes, 23 de marzo de 2012

Desde entonces


Desde entonces, las palabras se convirtieron en palabras, los silencios en silencios.
Desde entonces, los caminos pasaron a estar hechos de asfalto y, a los lados de la carretera, ya no crecían girasoles ni margaritas. 

Desde entonces, el cuerpo, pasó a ser tan sólo un cuerpo, recubierto de ropas de algodón y materiales sintéticos que olían a suavizante y jabón, pero que ya en nada recordaba a su olor, ese olor. 

Desde entonces, desde aquel día, en que ella creció... en que ella se dio cuenta de que había crecido, madurado, envejecido, tuvo que hacer acopio del valor que le quedaba y enfrentarse a la nueva situación. Llena de responsabilidades. Y, para hacer hueco a todo aquel, tuvo que tirar por los ojos las ilusiones de la infancia, los planes, los sueños.

Porque había que elegir. Porque ella, erróneamente, creía, estaba convencida, de que si crecía, tenía que ser con todas sus consecuencias. Y, a esas alturas, los sueños frustrados no eran más que pequeños quistes en un corazón oxidado.



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