
En un bosque, un cazador perseguía a un ciervo.
Acorralándolo, iba a dispararle cuando el ciervo, mirándolo a los ojos, comenzó a reír.
- ¿Porqué ríes? - preguntó el cazador.
- Porque cuando me dispares y muera, renaceré como hombre en la próxima vida.
Cuando se disponía, de nuevo, a disparar, vio al ciervo llorando.
- ¿Por qué lloras ahora?
- Lloro por ti.
- ¿Por mí? - preguntó el cazador sorprendido.
- Sí - dijo el ciervo - porque cuando mueras, te reencarnarás en un ciervo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario